lunes, 4 de diciembre de 2017

ELECTRIC WIZARD (2017) Wizard Bloody Wizard


Y aquí tenemos una de las razones de peso del porqué no puedo concretar del todo las listas con lo mejor del año un mes antes de que éste finalice. Está claro que los discos más tempraneros del año son los que hay que recuperar a finales para valorarlos como se merecen y no dejarlos apartados por olvido o por estar demasiado lejanos en el tiempo. Pero algo parecido ocurre con los más tardíos. Es imposible dejar pasar obras mayúsculas como este Wizard Bloody Wizard, de la siempre sólida aunque muy variable formación capitaneada por Jus Oborn (me ha sabido realmente mal volver a prescindir de Mark Greening a los parches), por llegar demasiado tarde al conteo final o pasar por encima de ellos por el simple hecho de ponerse una fecha límite para realizar las listas y que el Diciembre quede siempre apartado de la criba final. No lo veo justo.

 

Siendo claramente el disco más polarizado hasta la fecha de los clandestinos Eletric Wizard, una de las bandas que más peso específico ha tenido, en cuanto a creación y desarrollo se refiere, en el doom moderno de los últimos 20 años, Wizard Bloody Wizard (título en clara referencia al quinto álbum de Black Sabbath)  puede ser visto como una progresión bastante natural y lógica del combo (mi punto de vista) de la que ya se empezaban a vislumbrar los primeros brotes en la época del Legalise Sex & Murder (2012), o como la definitiva traición estilística y artística de un Jus Oborn falto de creatividad y pocas ganas (como algunos lo han acabado tildando). Indudablemente estamos ante un disco diferente, distanciado conscientemente de las expectativas y con un carácter claramente más accesible (palabra que jamás hubiera pensado utilizar para describir a esta banda) que cualquiera de las obras anteriores del combinado de piedra monolítica más pesado, sucio, degradante y devastador de toda Inglaterra. 

 

Quizás lo primero que lleme la atención, sin tan siquiera escucharlo, sea su arte de portada. Si no me falla la memoria, creo que es la primera vez que la banda utiliza una foto real y sin "tratamiento" para su portada. Lo segundo, sobretodo si lo escuchamos en una plataforma digital, es su duración global (poco más de 45 minutos) y la extensión de los temas en los que, más allá de los 11 minutos finales del disco, la media está en los 6 minutos. La tercera diferencia evidente la encontramos en la producción, muy limpia y clara por mucho fuzz que lleven las guitarras. La cuarta es el estilo, claramente domado hacia el rock de alto voltaje por muy pesado que suene. Y la quinta y última es la osada intención de crear un hit instantáneo tan memorable como Necromania, el segundo tema del disco, algo que jamás hubiera pensado de ellos. Eso sí, no os preocupéis por el estado de sus letras, aquí todo sigue igual. Nihilismo, autodestrucción, drogadicción, muerte, rituales, sexo, satanismo, perversión, decadencia, oscuridad, maldad..., vamos que lo viene siendo una fiesta de las gordas. 

 

Por todo ello, y un art-work interior con póster incluido que le quitará el hipo a más un@ por no hablar de los calores internos que sea capaz de provocar,   y por que estamos ante el disco más arriesgado, diferente, valiente, disfrutable (y breve) de la banda de Dorset, creo que puedo decir alto y claro que, salvando las distancias con el Come My Fanatics (1997) y mi predilección por el descomunal Black Masses (2010), Wizard Bloody Wizard entra en mi TOP 3 de la banda barriendo a intocables de la talla de su debut autotitulado ST (1995) o el impasible Dopethrone (2000). Disco de metal del año sin lugar a dudas. Tengo que decir que siendo un año en el que el metal no ha sido uno de los mayores protagonistas de mis horas de música, que son muchas al día, me estoy encontrando con muy gratas sorpresas a final de año.

Puntuación 10

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