jueves, 30 de junio de 2016

TIGER ARMY (2016) V

 
Sin noticias previas sobre una reunión y prácticamente después de 10 años de su último disco (Music From Regions Beyond, 2007), mi cara de sorpresa se convirtió en un poema en el momento en que se me apareció en facebook el cartel con el anuncio de su inminente gira europea, ya os podéis ir calmando que por España no pasan. Nunca he sido un gran fan del rockabilly/psychobilly, bandas como The Cramps, Social Distorsion, Misfits, The Meteors o Necromantix siempre han estado ahí para enseñarme las lindezas del estilo, pero he de admitir que mi conocimiento del género se ciñe bastante a esos grupos y poco más. Pero si hay una banda dentro del estilo que defiendo a ultranza y disfruto con locura desde que tenía 20 años, esos son los insuperables Tiger Army y su regreso a los escenarios (y al estudio, no como otros) es una de las mejores noticias musicales de este 2016.

 

La calidad como vocalista de Nick 13, una explosiva mezcla de Elvis y Morrissey, vuelve a relucir de manera cegadora en este V, obviamente quinto disco de estudio de la banda que cuenta también con los tradicionales 13 cortes como seña de identidad del trío, madurando de manera exponencial tanto su registro como la evoulción musical de la banda de California. Abusando de manera ideal de los medios tiempos y añadiendo a la delicada y pulcra selección de temas un par o tres de baladas que engrandecen aún más la maduración del combo, V se presenta como el disco mejor grabado, mejor producido, más maduro, más completo y más sólido de los Tiger Army de entre todos sus discos de estudio.


Esto no tiene porque siginificar explicitamente que estemos ante su mejor disco (o el que más tiene que gustarte), pero es indudable que la apertura de miras de los Tiger Army en este V es más que evidente y, después de 10 años, creo firmemente que ha sido una jugada bastante inteligente por su parte la de no repetirse una vez más. Por mucho que lo suyo sea un estilo totalmente limitado, temazos como Dark And Lonely NightHappier Times o la final In The Morning Lights nos muestran a una banda crecida en terrenos poco abonados dentro del carácter punk de la escena psychobilly en la que podríamos encasillarlos. Tocados por una sensibilidad pop más extensa que de costumbre y llevando su propio estilo un paso más allá en la evolución musical, V se convierte por derecho propio en uno de los mejores trabajos de este 2016.
Puntuación 9

martes, 28 de junio de 2016

GRUESOME (2016) Dimensions Of Horror

 
Nacidos el pasado 2015 de bandas tan experimentadas como Malevolent Creation, Possessed, Exhumed y Derekta, Gruesome vuelve a la carga este 2016 con un nuevo Ep de 6 temas producido por la propia banda, con la colaboración de Jarret Pritchard, con portada, una vez más, del maestro absoluto del arte metalero Ed Repka, y que lleva por título Dimensions Of Horror. Siguiendo la tradición del claro homenaje a los originadores del género, su anterior Savage Land tenía como insalvable referente el Leprosy de los insuperables Death, su nuevo asalto sonoro de death metal floridiano tiene su vista puesta en el Scream Bloody Gore, debut largo de la banda de Chuck Schuldiner editado en 1987. 

 

Puede que los nuevos temas no sean tan complejos y trabajados como los de su debut, por ello lo de mirarse en el espejo del Scream Bloody Gore retrocediendo un paso atrás en la historia de los Death, pero una cosa está clara, ya sea copiando, como muchos aseveran, como tratando sus influencias de manera inspiracional, esa es mi postura ya que todavía no he escuchado un tema concreto de ellos que me parezca directamente clavado a ninguno de Death, Gruesome es una de las bandas de death metal más disfrutables y sólidas de la escena internacional.

 

Y como buena gente que son, lo suyo es exponer sus discos a la luz de las tinieblas a través de su jugoso bandcamp. Lugar en el cual podrás disfrutar de sus dos discos oficiales hasta la fecha y, si es lo tuyo, puedes comprar directamente a la banda en el apartado de merch en el cual encontraréis un par de camis con los diseños de Repka esperando vuelstros preciados dólares de la misma manera que podréis adquirir su música en formato físico.

sábado, 25 de junio de 2016

NAILS (2016) You Will Never Be One Of Us


El trío californiano más desolador y destructivo de la faz de la tierra asesta su tercera puñalada mortal de la mano de la descomunal Nuclerar Blast. Un paso al frente en cuanto a la expansión del trío en el mercado musical, pero que por otra parte considero un craso error ya que hasta la fecha sus dos primeros álbums estaban firmados por la independiente Southern Lord la cual pone un cariño especial a la hora de poner en circulación sus ediciones (packaging de escándalo, carpetas gruesas como los riffs de Entombed y siempre en gatefold) y esta vez lo que tenemos entre manos es una edición de lo más cutre y simple sin gatefold y con un gramaje de carpeta muy insuficiente para lo acostumbrado. Un dato que fastidia de entrada más de lo esperado y que, aunque no altera para nada su contenido, baja el nivel considerablemente en comparación a sus hermanos mayores en lo que se refiere a presentación y estética del disco. 

 

Llevando el concepto del nihilismo existencial hasta sus últimas consecuencias, solamente hay que ver las frases con las que finaliza los temas su vocalista y guitarra Todd Jones (We are not the same / Die / Twisting the knife, feeling my control / They will not be forgiven / Violence / Horror / Time to die / Are all put to sleep / Into the light, release me / Send them back where they belong) para confirmar la capacidad depresiva y destructiva de sus letras. Su nuevo "largo", You Will Never Be One Of Us, el cual vuelve a constar de 10 temas de los cuales 8 de ellos no llegan ni a los 2 minutos, está dotado de un dinamismo y una potencia estilística muy superior a la de su anterior Abbandon All Life y, por supuesto, con mucho mejor sonido que su ya mítico debut Unsilent Death. Ya que no han podido superarse con el tema del packaging, lo han conseguido sobradamente en el estudio.

 

Con una intro del disco en la que gente como Jacob Bannon, Scott Kelly, George Hirsch o Jon Dyer Baizley, entre otros,  pronuncian el título del redondo que además es también el título de la primera canción, You Will Never Be One Of Us se desarrolla en la más ajustada tradición de la banda, aunque como ya he dicho sus composiciones son algo más dinámicas que de costumbre, hasta que llega el último tema, They Come Crawling Back, en el cual Nails se destapan como una auténtica fuerza arrolladora de estilos y formas que se salen completamente de su exigente patrón para descubrir que el nihilismo intrínsico de su propia personalidad no está únicamente ceñida a la velocidad y la brevedad más peligrosa. 

Puntuación 9

martes, 21 de junio de 2016

VEKTOR (2016) Terminal Redux


Si hay una banda dentro del universo conocido capaz de continuar, e incluso elevar, el legado de bandas tan originales y únicas como Cynic, Voivod, Nocturnus, Atheist o Pestilence, bandas tan inclasificables como referenciales que a finales de los 80 retorcían el metal a placer para llevarlo a un nivel de técnica y ejecución más allá de lo imaginable dentro del género, esos son, sin lugar a dudas, los americanos Vektor. Con tres discos en su haber tan magistrales como complejos, su último álbum Terminal Redux es uno de los discos más alucinantes, estimulantes, reveladores y originales del año capaz de competir con cualquiera dentro de cualquier estilo. Sabedores de una técnica inalcanzable para la mayoría de mortales y tomando la temática sci-fi como motor creativo de sus composiciones, Vektor ha firmado el mejor álbum de metal del año con diferencia gracias a una capacidad ejecutora y conceptual absolutamente desproporcionada.

 

Perdidos en un espacio infinito, traspasando líneas temporales, visitando mundos paralelos y descubriendo universos alternativos, el cuarteto formado por David DiSanto a las vocales y guitarra, Erik Nelson a la guitarra, Frank Chin al bajo y Blake Anderson a la batería, formación que se conserva desde la entrega de su debut Black Future del 2010, el encargado de producir tal hazaña estratosférica ha sido, el todavía desconocido, Byron Filson (también se encargó de producir su anterior Outer Isonaltion del 2011) quien ha conseguido poner el cuerpo sonoro de este inagotable Terminal Redux a la altura de una banda que todavía no conoce límites, y eso habiendo traspasado ya la mayoría de lo que otros no aspiran ni a soñar. 

 

Terminal Redux es un disco que engancha desde la primera escucha, sus canciones son concienzudas, densas, elaboradas, extensas y repletas de cambios, pero a la vez muy dinámicas y adictivas, que no se destapa del todo hasta que no llevas unas cuantas decenas a las espaldas y que, una vez en ese punto, el disfrute es prácticamente inagotable. Lo que más soprende, y muy gratamente, es la apertura de miras (aún mayor) que realizan en los dos últimos cortes del disco. Con la colaboración de RoseMary Fiki y Naeemah Z. Maddox en la última Recharging The Void, quienes también colaboran en la inicial Charging The Void, aportan un punto de inflexión muy interesante al registro de DiSanto. Pero mi canción favorita es la penúltima Collapse, una suerte de balada espacial que me tiene totalmente enamorado y que dinamita a conciencia las bases del disco en el que se asienta con una personalidad arrolladora.

Puntuación 10

lunes, 20 de junio de 2016

SONAR VIERNES 17 DE JUNIO

SONAR 2017 VIERNES 17/6: EL DÍA DE LAS DECISIONES EQUIVOCADAS.

Un año más, mi hermano Alex me puede conseguir una entrada gratuita para disfrutar, un día o una noche, del Festival electrónico favorito de toda Europa. Hablamos del catalán Sónar, obviamente. Teniendo la elección realmente complicada entre el Viernes de día, en el que nos encontrábamos con Roots Manuba a las 19.00 de la tarde, o optar por el Viernes noche, en el que teníamos a Anohni y James Blake de una sola tacada, he de admitir que las decisiones tomadas, no fueron finalmente las más acertadas. Siendo el de Roots Manuba y el de Anohni dos de mis discos favoritos del pasado 2015 y del presente 2016 respectivamente, la elección final vino dada por el desempate que realizó James Blake sumando dos conciertos interesantes por la noche contra tan solo uno por la tarde. Con el añadido de que por la noche podría ver 20 minutos de Jean Michel Jarre en el gigantesco Sónar Club (el escenario cubierto más grande del Festival) antes de salir pitando para Anohni que se solapaba a partir las 22.50 en el Sónar Pub (escenario pequeño al descubierto) con el del maestro Jarre.

(Jean Michel Jarre, 22.30 Sónar Club)
Después de encontrarme en la puerta con mi hermana Aina, pasar todos los controles de seguridad y cargar dinero en nuestra pulsera para poder consumir dentro del recinto del Festival (a unos precios estratosféricos), fuimos raudos y veloces hacia el Sónar Club donde empezaba Jean Michel Jarre en ese preciso instante. Poco voy a poder decir ya que tan sólo pudimos disfrutar del astro francés unos 20 minutos, pero con 67 años que cuenta ya el maestro, estoy seguro que nada ni nadie, de entre los más cien artistas con los que cuenta el cartel del Sónar cada año, pudo susperar las habilidades, la calidad, las visuales y la maestría de la que hizo gala Jean Michel Jarre la noche del Viernes en el Sónar Festival de Barcelona. Una fecha que quedará en la memoria de muchos como unos de los conciertos de electrónica más espectaculares de su vida. Y yo, que me lo perdí practicamente enterito, todavía me estoy dando de cabezazos contra la pared.
Puntuación 10
(le pongo un merecidísimo 10 aún habiendo visto esos 20 minutos únicamente)


(Anohni, 22.50 Sónar Pub)
Pero nuestro plato fuerte de la noche, por mucho que nos fuéramos del Sónar Club llorando por tener que separarnos de esa conjunción mágica que creaba Jarre entre el hombre y la tecnología sobre el escenario, era indiscutiblemente Anohni. O lo que es lo mismo, el estelar trío formado por Oneotrix Point Never y Hudson Mohawke a las maquinitas (producciones, ritmos, bases, ruiditos), junto con Antony Hegarty a las vocales. Una combinación que con su disco Hopelessness ha conseguido ponerse a la cabeza en mi lista personal con lo más imprescindible de este 2016 presentándose en el Sónar la oportunidad perfecta para comprobar como se desenvolvía Antony en el primer proyecto enteramente electrónico en el que se involucra de principio a fin, ya no como colaborador como había hecho otras veces.
Llegando al Sónar Pub con el tiempo justo, lo primero que pudimos ver, y lo último si hubiéramos estado lo suficientemente avispados en ese momento, fueron unos interminables 25 minutos de Naomi Campbell contonéandose en bikini ante las pantallas que teníamos delante sin que ninguno de los artistas, ni nadie del Festival, diera una explicación al respecto. Una grabación que permaneció en las tres pantallas del escenario durante casi media hora poniendo a prueba la paciencia de un público que empezaba a estar cansado de tanta tomadura de pelo y optaba, en algunos casos, por abuchear al intocable Antony. Una situación incómoda que todavía no tengo claro si fue provocada a propósito por el propio grupo como estrategia artística, fue porque alguno de ellos estaba todavía disfrutando de Jarre mientras nosotros nos jodíamos, o si simplemente fue porque alguien se encontraba indispuesto. De todas maneras, yo a los 5 mintutos de la Campbell ya me estaba tirando de los pelos pensando que a tan sólo dos minutos estaba ocurriendo una de las cosas más maravillosas del mundo, el concierto del Jean Michel Jarre.
Con un aguante por mi parte del que todavía me arrepiento y me sorprendo, salieron a escena Oneotrix y Hudson para tocar unas de las canciones del enorme Hopelessness, sin todavía vocalista sobre las tablas, sonando claramente la voz de Antony en playback. La segunda en la frente y todavía más fuerte que la primera si cabe, jugada tan inncesaria como lo de la Campbell. Para cuando finalmente sailó a escena Antony, mi cabreo ya era descomunal y la estética que acompañó al concierto todavía hizo que mi cabreo creciera aún más, cosa que parecía imposible 5 minutos antes cuando me decía a mi mismo, -tranquilo, esto no puede ir a peor-. Cuanto me equivocaba.
Colocándose al final de las tablas, más lejos del público imposible en un escenario que era bastante grande estando prácticamente vacío con Hudson y Oneotrix colocados a los dos extremos laterales del mismo, Antony apareció con una túnica negra hasta los pies provista de una capucha enorme que no dejó ver su cara en todo el concierto. Puede que todo ello fuera parte de un estudiado plan estético-artístico tan cuidado y estructurado que no conecté con él, pero a mi me pareció todo frío, vacío, desangelado y desaprovechado en todos los sentidos.
Del resto, lo que debería haber sido el grueso de la actuación pero que se vio empañado indudablemente por un cúmulo de desaciertos e incongruencias, no me puedo quejar. A la intachable selección de temas escogidos de su debut, añadieron tres canciones nuevas absolutamente impresionantes con una interpretación por parte de Antony a la altura de las expectativas. Pero, sin lugar a dudas, si algo hay que destacar de ese concierto, es la magistral actuación a las mesas de Oneaotrix y Hudson. Las dos estrellas que más brillaron esa noche y que más hicieron brillar las grandiosas composiciones del Hopelessness.

Puntuación
(y justito)

(James Blake, 01.00 Sónar Club)
Todavía con el cabreo hirviendo en mi interior, la siguiente opción pasaba por ver, por tercera vez en mi vida, al inglés James Blake. Creador de un neo-soul, parte electrónico y parte orgánico, que ha sido capaz de colocarse a la cabeza del estilo, sin opción a discusión, con tres discos tan enormes como una casa de payés, Blake venía presentando su último The Colour In Anything. Un disco doble dotado de una complejidad extra que hay que trabajarse a conciencia para adquirir el nivel de escucha óptimo y que todavía estoy intentado digerir. El concierto de James Blake en el Sónar Club, una nave industrial mastodóntica con una extensión mínima de unos 5.000 mts cuadrados, fue lo mejor de mi noche con diferencia, si no contamos con los 20 minutos de Jarre. Teniendo en cuenta que ni el lugar, demasiado grande y frío para ese tipo de concierto, ni el sonido, la nave estaba demasiado vacía haciendo rebotar el sonido en todas partes, acompañaron de manera ideal la actuación de Blake y compañía, hay que decir que tanto él, pletórico en su ejecución y sus formas, como el guitarra-teclista y el batería que lo acompañaban, dieron el mejor show posible dentro de las posibilidades del recinto. Tomando firmemente la mayoría de su set-list de su último álbum, aunque tampoco le hizo ascos a los hitazos del Homegrown, las composiciones de su The Colour In Anything sonaron más potentes, más grandes e incluso más interesantes que en estudio, además de introducir un pequeño set de dos canciones instrumentales que hicieron las delicias de los más fiesteros del lugar dándode una sorprendente caña al público allí concentreado a base de un techno bailable, crudo y brutal. Salvada la noche, pude irme a dormir contento, en gran parte, gracias a  la calidad y a la profesionalidad de James Blake y compañía. Sino llega a ser por ellos la noche hubiera sido un estrepitoso fracaso.
Puntuación 8

jueves, 16 de junio de 2016

EMPRESS OF (2015) Me

 http://www.mirrorcreator.com/files/FACZUILO/Empress.rar_links

Una vez finalizadas las interminables jornadas del Primavera Sound 2016 y con el punto de mira puesto en el próximo Sónar, en el que podré ver el mismo día a Jean Michel-Jarre, Anohni y James Blake en una noche del Viernes que se presenta insuperable con esos nombres como imprescindibles, y el Rock Fest, al que asistirán Iron Maiden, Anthax, Coroner y King Diamond entre otros, toca hacer balance de lo extraído del cartel del Primavera de este 2016. Cada año me informo mínimamente de algunas bandas que no conozco del cartel con la esperanza de encontrar algo que llame realmente mi atención. Y aunque en este Primavera he tenido que rascar poco ya que lo tenía todo prácticamente ocupado con bandas conocidas, siempre hay momentos en los que el concierto elegido no acaba de funcionar al nivel esperado y es preferible tener un comodín en la manga por si las moscas.

 

Después de darle unas cuantas vueltas al cartel me encontré con varios descubrimientos agradables, como los nacionales Autumn Commets, la jovencísima Julien Baker, la catalana Joana Serrat o las incendiarias Savages, bandas que anoté cuidadosamente y con un signo de admiración en mi listado para tenerlos en cuenta. Aunque tengo que admitir que el más productivo de todos fue el de Julien Baker, y eso que fue el concierto más corto del Festival con diferencia, pero mi amor por Julien es ya eterno y a prueba de bombas depués de su impresionante actuación en el Adidas Orignal. Pero, como ya he comentado antes, siempre hay momentos en los que apetece moverse del sitio por no estar disfrutando lo suficiente con el grupo que has esocgido. Entre esos, a los que yo llamo "sorpresas in situ", este año me tocaron los estrafalarios Janny Hval, el clásico Richard Hawley, los vitalistas Sycamore Age y los muy cafres Ho99o9, estos dos últimos fueron los únicos que se pusieron a un nivel considerable propiciando algunos de los mejores momentos que viví en este PS16. Pero si hay una banda de la que me enamoré realmente a primera vista, esa es, sin duda alguna, Empress Of. Banda de la que pude disfrutar el Miércoles, ya bien entrada la noche y después de los conciertos gratutitos en el Fòrum, en la sala Barts dentro del marco de los conciertos pre-Primavera que se ofrecen en la ciudad y a los puedes asistir enseñando el abono del Festival.


Llegando justo a tiempo, simplemente por curiosidad, lo que me encontré allí fue algo así como el perfecto híbrido entre una inocente y primeriza Björk y la descarada vanguardia y extraña inmediatez de la espumosa Grimes. No es que Empress Of, a.k.a. utilizado por Lorely Rodríguez, se refleje en ninguna de ellas para articular su peculiar estilazo, del que va totalmente sobrada pudiendo fardar de original, única e intrasnferible en lo suyo, sino que más bien esas son las referencias con las que mi cerebro relacionó las precisas y elevadas emociones que me hizo sentir la Rodríguez durante su actuación. Tirando de una electrónica brutalmente vanguardista, como hace y hacía Björk desde siempre,  y metiendo dentro de ella una sensibilidad pop que afianza la propuesta con cierto carácter mainstream, sin que todavía haya llegado a ello, Me trata sobre las relaciones de pareja, las peleas, las rupturas, los sentimientos y la vorágine del amor en un disco que podría hasta ser considerado conceptual ya que nos realata, de forma gráfica y prácticamente cronológica, el auge, disfrute y caída de una relación amorosa.

 

Venida de mi barrio talismán por excelencia, Brooklyn, la Rodríguez se pasó 5 semanas aislada en Méjico en casa de un amigo, componiendo, llorando y sintiendo este magistral Me sacando de ella toda la sinceridad, realidad y sensatez para grabarla a fuego en un debut que, siendo ya una obra maestra indiscutible, nos presenta a una artista con unas posibilidades, un potencial y una calidad indiscutiblemente estratosférica. Yo le juro el mismo amor eterno que a la Baker, o incluso más (con la boca pequeña). Una pena no haber podido repetir al completo el concierto del Jueves ya que también la pudimos ver en el Primavera al día siguiente en el recinto del Fòrum, pero os puedo garantizar que las dos canciones que pillé de Empress Of en el Pitchfork, elevaron aún más la calidad de la noche anterior en la que el gran problema fue la falta de volumen.

Canción favorita: TODAS 

Puntuación 10