viernes, 31 de mayo de 2013

BLOOD CEREMONY (2013) The Eldritch Dark



Una vez finiquitada la carrera como grupo de mis insuperables The Devil's Blood, mi acto de occult-rock favorito de esta nueva fiebre que nos inundó la escena hace unos años, el cual ha editado un último disco al que todavía le estoy dando vueltas, puede que mi segundo acto favorito del estilo, en este caso los canadienses Blood Ceremony, hayan conseguido escalar hasta la primera posición. Y no sólo por eso, por supuesto, sino por que este The Eldritch Dark se perfila como su mejor disco hasta la fecha, el tiempo lo dirá.


Es algo indudable que el combo capitaneado por la preciosa Alia O'Brien, encargada de las voces, la flauta y los teclados, ha ido mejorando con los años desde aquel fantabuloso debut autotitulado, pero también es verdad que su estilo se ha ido domando y calmando con el tiempo hasta conseguir el equilibrio perfecto entre luz y oscuridad. La voz de Alia es una auténtica maravilla, a lo que tenemos que añadirle sus preciosistas melodías de flauta y sus siniestros escarceos con los teclados, pero me tiene realmente asombrado el dúo que hace con, todavía no sé quien, en el tema tercero llamado Lord Summerisle, en el que ella hace de mero acompañamiento y su compañero de auténtico protagonista, un tema que toca tu negra alma como pocos.

 

Una cosa os voy a decir, siendo una banda que toma su nombre del clásico de terror gótico de los 70 dirigido por el gran Jorge Grau, nos estamos refiriendo a Ceremonia Sangrienta protagonizada por Espartaco Santoni y Lucía Bosé fechado en 1973, es de obligada escucha para cualquier amante del género, pero si además su occult-rock suena tan bien y compacto como lo hace en este The Eldritch Dark la cosa se convierte directamente en imprescindible. Al top de año fijo.

jueves, 30 de mayo de 2013

TOSCA (2013) Odean


 

Después de un fin de semana de lo más placentero y una vuelta al curro de lo más turbulenta, necesito de horas de relajación musical para evadirme al máximo de los malos rollos. Y qué mejor medicina para ello que la que pueden ofrecerme el dúo electrónico Tosca. Lo de Richard Dorfmeister y Rupert Huber es el secreto mejor guardado de la electrónica más minimalista y emocional de los últimos 15 años. Sus orígenes se romontan al final de la década de los 90, época en la que el downtempo, el lounge y el chill-out estaban en la cresta de la ola y bandas como Thievery Corporation, Terranova, Jazzanova o AIM obtenían un triunfo inmediato dentro de la escena sin demasiado esfuerzo.

 

Esos tiempos pasaron a mejor vida, y la mayoría de las bandas del estilo también, pero Tosca, siendo también de los últimos proyectos del género que vio la luz, sigue activo y defendiéndolo como nadie. Han quedado como los que mejor partido y más jugo han sabido sacarle al tema, y como los adalides de un estilo del que ya nadie se cuerda, si es que alguna vez tuvo una repercusión más allá de la propia escena. En su Suiza natal son héroes que llenan teatros y auditorios colgando el sold-out en cada actuación y en el resto de Europa, tampoco se quedan cortos, una pena que para verlos por aquí solamente sirvan mis sueños.

 

Su calidad, clase y sofisticación les preceden, no hay nadie como ellos para escoger los vocalistas perfectos en cada caso para vestir muy acertadamente los exquisitos paisajes musicales que construyen Dorfmeister y Huber con sus sintetizadores. Una maravilla musical única, capaz de llevarte a un plano emocional al que pocos son capaces de acceder tan sólo con la música, aunque ayudados de algún psicotrópico posiblemente la experiencia sea aún más placentera si cabe.

martes, 28 de mayo de 2013

PRIMAVERA SOUND 2013. Todo lo bueno se acaba...

El último día de Festival para mi es el Sábado, la cosa continua durante el Domingo, algo más calmado, pero mi Festival acaba antes. Tengo que admitir que, una vez cumplidos todos los objetivos previstos para el festi, y más, mi satisfacción y mi familia pueden con ese Domingo de descanso. Pero antes de eso, esto fue lo que pasó.

 

La primera parada, esta vez con María y de nuevo con mi hermana Aina, la hicimos a primera hora de la tarde en el Heineken para ver a uno de los dúos de guapos más de moda entre los indies. Adam Green y Binki Shapiro, acompañados por una impecable y muy profesional banda detrás, rubricaron una actuación de lo más simpática y entrañable en la que Adam se convertía por momentos en el absoluto protagonista del show con sus incesantes saltitos y danzas inventadas, además de meterse al público en el bolsillo a fuerza de pronunciar todas las palabaras en español que llevaba aprendidas, que eran bastantes, todo hay que decirlo. Perfecto concierto folky-popy para empezar el día y cargar pilas a tope, no podría haberlo soñado mejor.

 

Una vez finalizado el concierto nos dirigimos a las taquillas del festival en las que, después de la cancelación de Rodríguez, podías conseguir entradas a 5 euros para su próximo concierto en la ciudad Condal en Julio. En la saca. De vuelta, esta vez al Ray-Ban, me coloqué de nuevo en primera fila para presenciar la actuación de uno de los grupos más emocionantes y emocionales que puedas ver jamás sobre un escenario. Estoy hablando de Dead Can Dance. Sin dudarlo, el mejor concierto del Festival, de eso no hay duda, disfruté más con otros que esperaba de hace mucho tiempo, Neurosis por ejemplo, pero la actuación de los de Lisa Gerard fue simplemente insuperable en todos los aspectos, no es que jueguen en otra liga, es que son de otro planeta. La emoción es tal al verlos en directo, que a más de uno le corrían las lágrimas por la mejillas.

 
Con la última canción de Dead Can Dance empezando a sonar en el Ray-Ban, me pudo la nostalgia y me fui corriendo al escenario principal del Primavera para ver mi concierto más esperado, el del colectivo de rap americano Wu-Tang Clan. Tenía mis dudas y mis miedos, tengo que admitirlo, pero una vez el Clan pisó el escenario y Dj. Mathematics se puso a los platos (menuda exhibición se cascó este hombre haciendo turntablism hasta con los pies)  todas mis dudas se despejaron a golpe de hitazo tras hitazo. Puede que no estén en su mejor momento, los 90 tampoco volverán ya, pero poder verlos sobre las tablas, aún sin O.D.B. al que se hizo un justo homenaje cantando algunas de sus partes más emblemáticas, fue un sueño hecho realidad, y escuchar temas como Wu Forever, Shame On A Nigga, Da Mystery Of Chessboxin' o Wu-Tang Clan Ain't Nuthing ta F' Wit, algo más de allá de lo increíble para mi. El bolo en el que me lo pasé mejor, seguro.

 

Corriendo de nuevo para el Heineken para ver otra actuación estelar de la noche, la de Nick Cave y sus Bad Seeds. Con un nuevo disco bajo el brazo, que defendió de manera magistral, el auténtico animal desbocado que es Cave en directo quedó plasmado notablemente durante la casi hora y media de show que ofreció. Warren Ellis lo acompañaba en la locura tocando su violín y su guitarra como un poseso ofreciendo un show antológico que se recordará durante mucho tiempo. Uno de los mayores aciertos del festival y, para mi, la leyenda que mejor conserva su mojo en directo, incombustible y brutal lo de este hombre, mejora con los años.

 

Volando a la otra punta del Festival de nuevo hasta el Vice, el escenario más pequeño del festival sin contar el Ray-Ban Unplugged y el Smint, la intención era enganchar el comienzo de la actuación de The Babies, una banda de NY que es un proyecto paralelo de la Vivian Girl Cassey Ramone. Lo suyo es el indie-rock y power-pop chicloso de lo más resultón. Un concierto breve pero intenso que me ayudó a recuperar algo de fuelle y que resultó en uno de los actos más reconstituyentes y simpáticos del festi. Cassey Ramone es preciosa, y en directo más.

 

De nuevo a reunirme con las niñas para ver el concierto de Los Planetas interpretando íntegramente Una Semana En El Motor de un Autobús. Pues bien, bueno, más bien mal, mismas sensaciones que con The Breeders, no se oía nada. Ya sé que el probema es de J., no sabe cantar, pero esperaba que para una ocasión tan especial consiguiera sacar lo mejor de él y darlo todo, ni con esas, uno de los conciertos más flojos del festi con diferencia y otra decepción  más, aunque ésta ya la sabía de antemano.

 

De nuevo al Ray-Ban todos juntos para ver el principio, más que suficiente, del concierto de Crystal Castles. Una cosa si que les concedo, saben como montar un fiestón de escándalo, de eso no hay duda. El Ray-Ban a petar de gente, su vocalista femenina pegando grititos extraños y una base electrónica, su batería supongo que aportaba algo al ritmo también, a todo volumen hacían el resto, locura total en el Ray-Ban. Huyo despavorido para ver otro de los mis highlights de la noche, muy tarde, pero aguanté por ellos. My Bloody Valentine triunfaron por todo lo alto, abosolutamente inmensos y, de sobras, la banda con más volumen del festi. Sus ensoñadoras distorsiones te elevaban a lo más alto, a la vez que sus insuperables melodías te mecían a placer en ese mágico y cósmico momento de conjunción planetaria. Una experiencia úncia solamente superada ese día por los imbatibles Dead Can Dance.

Se acabó el festival y lo que me llevo son un montón más de conciertos a la saca y, sobretodo, un montón de gente guapa y buena que he conocido, gracias a todos por un festi, quizás menos especial en música para mi gusto, pero mucho más especial en el factor humano. Hasta el próximo año Primavera...

lunes, 27 de mayo de 2013

PRIMAVERA SOUND 2013. Viernes, el día de las sorpresas y las decepciones.


La cosa se presentaba de lo mejor. Mi hermana Aina contactaba conmigo para vernos lo antes posible a primera hora en el festi, ir con acompañante a los conciertos tampoco es malo, se disfrutan diferente cuando tienes a alguien de confianza al lado sintiendo lo mismo que tú. Gracias Aina.

 

Primera parada, de nuevo el escenario principal del Primavera y, de nuevo también, con banda nacional sobre las tablas. En este caso, los andaluces Pony Bravo eran los encargados de abrir el escenario con su flamante nuevo disco De Palmas y Cacería. Los Pony Bravo son una banda que, si ya me sorependen en disco, en directo todavía lo hacen más. Catalogar una de tus canciones como post-lolailo, dicho por ellos mismos, dice mucho de ellos. Su impredecible originalidad y su afición por los ritmos caribeños, el rap, la copla, el funky y el spoken word hacen de ellos una rara-avis imprescindible dentro de la saturada escena acutal. En directo unos monstruos, se metieron al público en el bolsillo desde el primer momento.

 

Segundo asalto y directos al Ray-Ban para ver al chico prodigio del soul actual. Nick Waterhouse es un tipo de lo más simpático, nos hicimos foto con él y todo, que lleva el soul de la vieja escuela corriendo por sus venas llevando el estilo hasta unos límites de calidad que para nada casan, ni con la edad de Nick ni con la escena actual, pero que funciona a las mil maravillas gracias a la muy dotada voz de Nick y a una banda que ejecutaba las canciones como si de los mismos años 50 se tratara. Una bellísima estampa que se completaba con dos saxos, un teclado, un batería, dos guitarras, un bajo y dos hermosas coristas demostrando que el swing y el soul todavía tienen un joven protector en nuestros días.

 

Tercer concierto y volvíamos a terreno nacional, catalanes para más señas, para ver actuar a la imberbe banda llamada The Free Fall Band. Su debut, producido por el reconocido Miqui Puig, no levantó más que buenas críticas y la hora de demostrar su valía en directo llegaba en uno de los Festivales más importantes de Europa. Exámen pasado con matrícula de honor, no hay más. Una banda con un potencial enorme que supo defender sus peculiares canciones de pop alegre y alocado, con un poso muy personal a la vez que sofisticado, de manera honesta y creíble. Aún con su corta edad y su poca experiencia tengo que admitir que funcionaron mucho mejor que algunas de la leyendas del día.

 

Primera decepción. Lo de OM en el ATP no fue todo lo bien que esperaba, dos canciones y su mala graduación de los graves me hizo huir despavorido. No sé si al final acabaron por cogerle el punto a los descomunales sonidos que salían del bajo de Cisneros, pero mis oídos no me dejaron permanecer. Tampoco creo que fuera el acto indicado para ese momento, al menos para mi, venía de tres conciertos de lo más movidos y necesitaba seguir quemando adrenalina, el cóctel de circunstancias adversas puede que hiciera bastante.

 

Aún con Aina, probamos en el Heineken, que era lo más cercano, con los Django Django, pero, como ya sabía de antemano ya que es una de esas bandas que practica de ese pop experimental tan en boga últimamente que no consigo tragarme, para mi no fueron gran cosa. Divertidos hasta cierto punto, ya que con sólo 3 canciones ya me habían parecido cansinos. De nuevo sin finalizar nos dirigimos a encontrarnos con parte de la troupe de féminas que acompañaba a mi hermana y a comerme otra decepción más.

 

El nuevo tropezón me lo di con The Breeders, que venían a interpretar íntegramente su insuperable Last Splash, Algo ya típico en el Primavera, que algunas bandas vengan a interpretar su disco más emblemático al completo. Pues bien, como banda mítica de los 90 y para recordar aquella época, vale, pero como acto en directo de calidad, nada de nada, con unas hermanas Deal muy entradas en años y una voz prácticamente inexesiste me permití el lujo de patearme los dos escenarios más cercanos, con cambio de hermana esta vez con Laia, para ver si sacaba algo en claro de estas turbulentas horas de festi.

 

Al Pitchfork a ver a Solange, hermana de Beyoncé, y, sin sonar nada mal, tengo que decir que estaba a tope, no se podía avanzar prácticamente nada y eso nos hizo saltar hasta el Vice para ver finalizar al gran Matthew E. Sweet. Barbudo de armas tomar con su guitarra, a la que le sacó un partido extremo en su último tema. La verdad que me supo mal no haber llegado antes, pero lo peor estaba todavía por llegar, la catástrofe se respiraba en el ambiente, y eso que íbamos advertidos.

 

Con mis dos hermanas en primera fila, Aina y Laia, nos quedamos en el Vice para presenciar el desastroso y bochornoso acto que presentó La Bien Querida. Con no menos problemas técnicos que en su última actuación en la sala Music Hall de Barcelona hace unos meses, el primer tema lo pararon por lo menos 3 veces, cuando la cosa finalmente arrancó, ni se oía la voz de Ana, ni la música sonaba bien, horrible, vamos. Otra decepción más de la que nos largamos a las primeras de cambio con la sensación de estar siendo literalmente timados. Por supuesto no compramos La Bien Querida ni de lejos.

 

De camino a la parte donde se encuentran el Heineken y el ATP y una vez separado de las niñas, me quedé en el Ray-Ban par ver la actuación de los saharauis Tinariwen. Una de las sorpresas más agradables del festi y una de las propuestas mas original que presentaba el festival en representación del continente africano. Lo suyo era una espiritual y accesible mezcla de música típica de su folklore, mezclada con las raíces blues occidental, de una manera tan natural y fácil, que parecía que nada podría maridar mejor en el mundo que esas dos disciplinas musicales tan dispares a priori. Vestidos con los ropajes de tuaregs, embelesaron al público irresistiblemente poniendo a todo el mundo a bailar a ritmo de sus sugerentes y contagiosos ritmos. Una auténtica maravilla digna de ser expermientada.

 

De nuevo recorrí la enorme distancia que separa el Ray-Ban del ATP para asistir a algo más de la mitad del concierto de la curiosa banda instrumental que capitanea el cineasta Jim Jamusch. Toda una lección de libertad estilística basada en el blues y en el rock de alto octanage, protagonizado por dos guitarras y una batería, a modo de catarsis musical. Una verdadera gema escondida en un festival que, visto lo visto, casa poco con la escena más experimental de carácter instrumental. Uno de los conciertos más vacíos del festi y también uno de los más sorprendentes.

 

Mucho tuvieron que ver los Neurosis en mi acercamiento a ver a Jarmusch ya que el siguiente concierto en el ATP era el de ellos y eso me hizo convencerme aún más para ir a verlo, primera fila para ver a los Dioses Neurosis por primera vez en mi vida es lo mínimo que podía hacer. Con todo listo para que la bestia Neurosis saliera al escenario, Scott Kelly y Steve Von Till se ponen con sus guitarras ante sus micros con cara de pocos amigos. Dave Edwardson y Jason Roeder hacen lo propio tras su bajo y su batería respectivamente y Noah se pone a los teclados. Empieza el éxtasis sonoro con At The End Of The Road y acaba el orgasmo musical más grande que he tenido en eones con Locust Star. Durante esa hora todo fluyó a la perfección, los duelos de voces entere Von Till y Kelly, amedrentados en ocasiones por el oscuro vozarrón de Edwardson, las brutalidades al teclado de Noah, volcándolos casi por momentos, la bestia parda de Roeder a los parches, todo salió a las mil maravillas. Para mi, el mejor momento del día con diferencia.

 

Pero aún habiendo visto el mejor concierto del día, también sabía que había sacrificado al único que le podía haber hecho sombra, el del impresionante James Blake que actuaba casi a la misma en la otra punta, en el escenario principal del Primavera. Pero como la esperanza es lo último que se pierde, me puse a correr por el recinto cual alma que lleva el diablo para llegar como fuera a presenciar alguna canción del set del inglés. LLegué, ví y vencí. Tres temas que confirmaron mis sospechas sobradamente, James Blake es el puto amo del neo-soul actual y, estoy seguro, que hubiera sido mi concierto más importante del día junto al de Neurosis. Una espina que no me quité con los tres temas que ví, sino que se me hizo mucho más grande.

 

Al poco empezaban los Swans de Michael Gira en el Ray-Ban así que ya me quedé por allí para coger primera fila. Los esperaba con ansiedad, con muchas ganas, pero no soporté más de 40 minutos, lo siento. Gira y los suyos lo dieron todo, estuvieron impecables, tan brutales como profesionales, el sonido era perfecto, pero mi cabeza necesitaba algo más de movimiento vitalista o acabaría por desfallaecer. Con las niñas reunidas en el Heineken y Blur haciendo acto de presencia como acto principal de la noche, decidí ir a mover el esqueleto a ver si acababa por resucitar o acababa de morir del todo.

Blur no necesitan presentación, lo suyo es ya leyenda, pero tengo que admitir que es una banda que si no tira de hits imbatibles, que tiene una buena batería de ellos, pues me aburre, y en el concierto que dieron, quitando 3 temas del princpio y 3 temas del final, los hits brillaron por su ausencia. Supongo que estrenaron algún tema nuevo, ya que no me sonaban todos, pero lo que digo, acabé de morir del todo con Blur. Suerte de las niñas que estaban más animandas que yo y eso siempre ayuda, jejeje.

Una vez finalizados Blur, menudo caos lo de salir del concierto la verdad, las niñas estaban decididas a ir a ver a los The Knife, sin hacerme mucho de rogar llegué hasta allí, vi 10 minutos y me fui. No por malos ni mucho menos, tan sólo por la extrema teatralidad de su actuación ya valía la pena quedarse, pero mi cansancio era ta,l que no pude más. Craso error de nuevo, ya que al día siguiente solamente se hablaba del conciertazo de The Knife, pero bueno, tampoco se puede estar en todo, ¿no?.

Y mañana...el final del viaje.

domingo, 26 de mayo de 2013

PRIMAVERA SOUND 2013. El primer día completo de festi gordo.

Jueves 23 de Mayo y el grueso principal del Festival Primavera Sound, los tres días en los que se compactan la mayoría de las actuaciones del festi en el recinto del Parc del Fòrum, empezaban con rigurosa puntualidad, adoro la milimétrica coordinación de los conciertos del festi, y mis primeros escarceos con las paraditas de vinilo empezaban a dar sus frutos. Reedición del I de Toundra en vinilo, camiseta de la gira, el debut largo de Syberia y el primero de los Tiki Phantoms, todo en vinilo claro. Todo en el stand de Aloud.

 

La primera parada musical la hice en el escenario principal del Primavera con El Inquilino Comunista. Una banda a la que, incomprensiblemente, no llegué a ver en sus días. Estamos hablando de que su primer disco tiene ya 20 años, y que, con un set escogido de entre lo más granado de su impecable discografía, consiguió transportarnos durante 45 minutos a la década de los 90 con todas las de la ley. Guitarras saturadas, melodías infecciosas, 3 voces maravillosas y unos coros de infarto, conformaron una de las mejores actuaciones del día. Bromeando con el público sobre su edad y sobre su próxima aparición en directo cuando ya hayan cumplido los 60, puedo afirmar sin dudarlo que si se volvieran a poner a lo suyo no habrían perdido ni una gota de química. Impresionante.


Después de un pRimer plato nacional, cruzamos el charco para acabar en el Ray-Ban y presenciar la cálida y agradable propuesta de los califonianos Poolside. Una banda de nerds que, armados con dos sintetizadores, una batería híbrida entre analógica y digital y la guitarra que portaba su cantante, sumieron al público en una belleza sonora que jugaba con el funky, el chill-out y las melodías pop de manera magistral convirtiendo ese momento especial de sol y playa en algo prácticamente mágico. Verdaderamente especial lo este cuarteto, sobretodo para pasar uno de ratos más agradables, bailongos y simpáticos de todo el festi.


LLegaba uno de los momentos más esperados. De vuelta al escenario principal del Primavera y Neko Case y su banda sobre el escenario. Primera impresión de shock, ver a Neko con una chaqueta más bien chandalera y los pelos tan despeinados como una bruja, bastante más mayor de lo que me esperaba, me dio una mala impresión de primeras. Nada más lejos de la realidad ya que fue ponerse la banda a tocar y ella a cantar y pensar, a tomar por culo el glamour, esto es country-rock del bueno, del auténtico, del mejor, no le hace falta nada de eso para demostrar lo grande que es Neko sobre un escenario, una Diosa palpable. Posiblemente uno de los actos de mayor calidad, más profesional y más cercanos del festi. Muy familiar y muy agradable la banda arropaba a Neko de manera que sin ellos el concierto no hubiera sido lo mismo, y no por la falta de calidad de Neko, que inundaba el enorme espacio del Primavera con cada nota que emanaba de portentosa voz, pero contar con un banjo, una steel guitar, panderetas, corista, y demás es una gozada musicalmente hablando. Otro triunfo a la saca y van 3 de 3, jejeje.


Otro de mis momentazos más especiales venía servido de la mano de los americanos Metz, un power trío muy ruidoso que llevan el hype escrito en las venas. Encumbrados por muchas publicaciones especializadas como los nuevos salvadores del punk-rock más ruidista y visceral el trío descargó, y de que manera, los trallazos de su debut como si no hubiera un mañana. Brutalmente honestos y descaradamente ácidos, su paso por el escenario Pitchfork fue la perfecta y necesaria bocanada de aire viciado y saturado que necesitaba el festi, o por lo menos yo, en ese preciso instante. Seguimos con la suerte de cara.

 

LLegaba uno de los momentos complicados del día, con una diferencia de 10 minutos entre ellos, el conciertos de los Do Say May Think, Dinosaur Jr., y Jessie Ware empezaban más o menos a la misma hora los tres. Mi decisión fue tajante, a los Dinosaur ya los había visto y las ganas locas que tenía por ver al cuarteto instrumental canadiense llamado Do Say May Think hicieron el resto, Jessie Ware se quedó totalmente fuera de la criba. Directo al ATP para ver a una de las bandas instrumentales más intrincadas y personales de la escena actual. Sin necesidad de seguir los patrones estilísticos del post-rock y pasando muy de puntillas por el post-metal su necesidad de contagiar al público con sus rebuscados cambios de ritmo y sus maravillas instrumentales surgió un efecto hipnotizador en el respetable que acabamos a los 40 minutos embobados y con ganas de más. Originales a morir.

 

Corriendo para el escenario principal llegué a ver 3 canciones de Dinosaur Jr., entre las cuales cayó una versión del Just Like Heaven de los The Cure y otra en la que salió el carismático vocalista de los Fucked Up, Pink Eyes, a cantar una miticada hardcore de la old-school. Lo poco que pude ver de ellos fue muy agradable y entrañable. Como siempre, cumplen con lo esperado y saben meterse al público en el bolsillo con sus hits de antaño, los cuales en directo suenan realmente enormes, mucho más que en estudio, todo hay que decirlo, es una banda que se crece mucho en directo, y el Primavera les encanta.

 

Otro de los dilemas del día llegó cuando, uno al lado del otro, Bob Mould venía a presentar su radiante Silver Age en el ATP (escenario que me encanta), y mis adorados The Postal Service por otro lado en el Heineken (escenario que odio) materializando su mítico Give Up en una gira que los había llevado alrededor del mundo conmemorando los diez años de tan referencial disco. Pues bien, un rato en Bob Mould, tan sólo tres temas, pero puedo decir que es una de las leyendas vivas del punk más vitalistas y creíbles que puedas ver sobre un escenario. Con una formación de power-trío y un volumen brutal la cosa era de órdago, perfecto en todos los sentidos, pero los de Ben Gibbard me estaban llamando a voces desde no demasiado lejos, y para allá que fuí, craso error.

 

Poco voy a decir del concierto de The Postal Service más que fue una de las decepciones más grandes, con todas las letras, del festi. A los 20 minutos ya me estaba arrepintiendo de haberme ido de Bob Mould y estar aguantando a una banda sobre las tablas con la mitad de alma y ganas que el mítico punk de NY. No sé si fueron las enormes ganas que tenía de verlos, pero el batacazo mío fue épico, y el patinazo de los Postal igual. Mucho escenario currado, unos modelitos muy sexys para las féminas y demás, cambios de instrumentos y todo, pero cuando una banda no tiene ganas, o esta harta de hacer lo que hace, se le nota sobre las tablas, y a los de Gibbard se les veía venir de lejos.

 

Sin dejar ni terminar a los Postal me dirigí, corriendo, al Pitchfork para ver a uno de los raperos más interesantes del momento. Killer Mike, del cual me esperaba al típico rapero chungo con ganas de bulla y con pose de gangsta extremo, es un tipo de lo más afable, simpático y educado. Se tiró todo el concierto animando al público, el cual respondía de lo mejor, comentando entre las canciones lo enamorado que está de su preciosa mujer, sus viajes a Holanda a fumar hierba, de lo cojonudo que es El-P (su productor) y de que esperan que su próxima gira europea pase por Barcelona. Todo un ejemplo de rap de calidad sin necesidad de caer en los tópicos del estilo, un maestro sobre las tablas, toda una sorpresa con un público entregadísimo.

 

Por una vez en el día, no me moví del sitio, como siempre en primera fila, una de las ventajas de no ir acompañado a los conciertos, y esperé escasa media hora a que otra de mis bandas fetiche del festi pisara el escenario. Con una puntualidad milimétrica, los canadienses Fucked Up, con su punk teatral y visceral, entraron en escena como un vendaval e hicieron lo que mejor saben hacer, descargar adrenalina, y hacérsela descargar al respetable, en cantidades ingentes. Pink Eyes es una bestia parda, un animal entregado en cuerpo y alma al grupo y sobretodo al público, y se pasó más de la mitad del concierto bajando del escenario, saludando a los fans de las primeras filas, tirándose encima de ellos, bailando entre el pogo y regocijándose en unos temas que van cargaditos de visceralidad y rabia a la vez que de esperanza y buen rollo. Como era de esperar, enormes, y con la calidad sonora del festi, aún más.

 

Otro momento clave, ¿los ingleses Simian Mobile Disco en el Ray-Ban a dos minutos de donde me encontraba, o los franceses Phoenix en el Heineken a más de 10 minutos en un escenario que no me convence?. ¡Descarado!, a por el festival electrónico de dúo inglés sin dudarlo. Esta gente sabe como montar un fiestón en toda regla y, ataviados con sus trajes de etiqueta, supieron darle al público lo que quería a esas horas de la madrugada, un bombazo de concierto en el que no podías parar de bailar ni que quisieras. Una hora y cuarto para los anales, creo que no había bailado tanto en un directo desde el último concierto de Prodigy en Barcelona, una barbaridad vamos. De lo mejor electrónico del festival, seguro. 

 

Y llegaban los momentos difíciles, las 3 de la madruga y de camido al Vice a ver a los madrileños Toundra. Si hay una banda en el mundo capaz de recomponerme, rearmarme y revitalizarme a esas horas de la madrugada (a parte de Teething, por supuesto) esos son Toundra. Para un metalero de raíces que no ha tenido su ración del mismo en todo el día, poder ver a Toundra sobre un escenario es algo así como lo más de lo más. Ya los había visto en directo, pero el bolo del Primavera quedará para siempre en mi memoria. Con artillería audiovisual incluida Toundra volvieron a demostrar sobre las tablas que no hay banda nacional en el estilo, si que es que lo suyo se puede encasillar en alguno, que les pueda hacer sombra. Mi más preciado y disfrutado momento del día con diferencia.

Y mañana... un día de lo más sorpresivo, en todos los sentidos.

miércoles, 22 de mayo de 2013

PRIMAVERA SOUND 2013 El inicio de Festival más duro de su historia.


Esta semana no toca subir discos, no toca haceros las obligadas recomendaciones diarias, esta semana toca Primavera Sound, y esta pasada noche del Miércoles hemos iniciado el recorrido del Primavera reunidos en la sala Apolo, la grande, para disfrutar de nuevo, del que, para muchos, fue uno de los conciertos más importantes y deseados del anterior Primavera Sound

Empezar el Primavera 2013, con el mismo grupo como cabeza de cartel que finalizó, en mi caso, el pasado Primavera 2012 es, cuanto menos, una curiosidad no demasiado ideal para algunos. Me explico, una banda como Godflesh, que está bastante difícil de ver por nuestras fronteras, viene dos veces en un año solamente para ser disfrutado en el marco del Primavera Sound, es decir, para los abonados nada más. En pocas palabras, una putada muy grande para los fans de la banda industrial por excelencia ya que los abonos pasan de los 100 euros y encima en Madrid la gira es normal y corriente, no lo veo justo.


Llegar a la sala y encontrártela prácticamente vacía no es plato de buen gusto, menos aún para la banda destinada a abrir la noche, que en este caso eran los blackers catalanes Foscor. Con una media de 30 personas en la sala y las 20.00 recién tocadas en nuestros relojes Foscor empieza a invadir las sala con su saturación melódica y sus gritos de desesperación para conformar uno de los mejores conciertos del combo catalán que he presenciado en sus ya 10 años de historia. Cumpleaños que además celebraban con la edición de un dvd en directo y K7 con los temas del mismo. Subirse a las tablas del escenario del Apolo y poder disfrutar de la banda como se merece, en cuanto a sonido se refiere, ha puesto sobre la mesa lo que ya era evidente, no hay banda de black en el estado español capaz de superar a Foscor. 30 minutos de puro éxtasis blacker.


El plato sorpresa de la noche venía servido por el cuarteto japonés Bo Ningen. Un combo de rock experimental altamente espasmódico que, si bien en disco dejaba bastante que desear para mi gusto, en directo se convierten en una autética apisonadora capaz de demoler hasta la última fibra ósea de tu cuerpo gracias a una actitud y una visceralidad sonora sobre las tablas a prueba de bombas. Ataviados con unas ropas más bien femeninas, uno de sus guitarras y su cantante llevaban un vestido rojo largo y uno negro respectivamente, nos hacían dudar de si estábamos ante una banda de féminas o de hombres amanerados, duda que conseguían desvanecer de un plumazo de mi mente una vez ponían su asinconapada maquinaria sonora en marcha con la que dejaban al público con la boca abierta y con ganas de más. El final catárquico de más de 10 minutos ha sido el perfecto colofón a un directo de infarto.


Y llegaba el momento de la verdad, el momento de ver a Justin y al señor Green de nuevo sobre las tablas. Como ya hicieron en el Primavera pasado, el montaje de los bártulos necesarios para la actuación del dúo ha corrido de nuevo a cargo de ellos mismos, algo que no deja de sorprenderme cuando hablamos de una banda con la solera de Godflesh. Puestos ya en materia, el sonido ha necesitado de un par de temas para hacerse a la sala, controlar la brutalidad sonora que emana de los riffs de Justin, la potencia atronadora del bajo de Green y la contundencia digital de la amiguita sintética de Justin no es tarea fácil, pero al poco ya estaba conseguido. Lo único que ha pecado ha sido la voz de Justin, a la que, o él mismo no estaba en su mejor momento, o no han sabido encontrarle el nivel correcto en la sala, una pena. El resto de 10, estaba claro, aún con muchos problemas de Justin afinando su guitarra, se le ha resistido varias veces y ha tenido que hacer varias pruebas entre algún tema, e incluso con un corte en el meñique del que Justin ha hecho caso omiso, mientras tocaba iba manchando la guitarra de sangre, el sonido del dúo ha conseguido, por momentos, conmoverme. No mejor que lo del año pasado, pero aún así, muy por encima de la media normal. 

A ver que nos depara mañana...

martes, 21 de mayo de 2013

THE DOORS (1967) The Doors


Hoy debería ser la noche de la fiesta, la noche en que comienza la semana del Primavera Sound, una semana que, a priori, no puede ser empañada por ninguna mala vibración que circule por el ambiente. Pero, sin que sirva de precedente, esta vez la alegría se ha tornado en tristeza al saber hoy mismo que el gran Ray Manzarek, teclista de los insuperables The Doors, ha sucumbido finalmente a su odioso cáncer.

 

La pérdida de una personalidad importante del mundo del rock siempre es un shock, pero en mi caso, y con Ray, es algo más. Son horas y horas compartidas, emociones, momentos, mi vida. The Doors son la banda de mi vida y la banda sonora de mi vida, la que me lo enseñó todo, la que, gracias a ella, soy lo que soy en el plano musical de mi vida, un apasionado de todas las formas musicales. A día de hoy no podría concebir la música sin su aportación, pero sobre todos, Ray era el que más mérito tenía, puede que el carisma fuera de Jim, pero el cerebro y la calidad, venían servidos en una misma persona cuando se trataba de Ray. 

 

Suplantar con tu teclado el bajo de una formación es cuanto menos arriesgado, pero si además es quien lleva la voz cantante en el apartado instrumental, la cosa ya se pone prácticamente imposible. Hasta el momento no hay ninguna banda que haya hecho lo mismo que ellos, nadie, y los pocos que se les han acercado, han planteado de manera muy difente el tema de los teclados. Nadie es comparable a Ray, nadie, su innata habilidad para dotar al blues de molodías pop de lo más infecciosas no tiene parangón y los discos de The Doors siguen ahí como testigo inequívoco de mis afirmaciones. A tu salud RAY!!!

lunes, 20 de mayo de 2013

CLIFF MARTINEZ (2013) The Company You Keep (BSO)


Cliff Martinez está, ahora mismo, muy por encima de cualquier creador de bandas sonoras actual. Su carrera es un auténtico tour de force, cuenta ya con inumerables bandas sonoras en su haber, a cual mejor de todas, y su reclamo es tal que ha trabajado con la mayoría de directores importantes del momento. Ahora le ha tocado el turno al gran Robert Redfor, quien ha decidido contar con él para su último thriller, The Company You Keep.

 

Después de aquel sonado hit anotado para la banda sonora de Drive, la cual se colocó número uno en la lista de las bandas sonoras más vendidas de su año, su nueva aventura componiendo el score de este thriller es tan válido o más que el anterior. Volviendo a su electrónica más dramática, hija de Craig Armstrong y Clint Mansell, el score se desarrolla en 15 temas de no más de 3 minutos y algo en los que las maravillas de Cliff vuelven a crear una magia ambiental y emocional digna de los Dioses.

 

Estoy deseando que Cliff se decida a componer un disco electrónico bajo sus propios conceptos, algo que surga completamente de su inspiración y no esté condicionado a una banda sonora, ya que de esa manera creo que todavía podría ofrecernos algo más. Sus bandas sonoras pueden funcionar como discos, cuanto menos la mayoría de ellas, pero no es lo mismo.

viernes, 17 de mayo de 2013

KYO ITACHI & DIRT PLATOON (2013) War Face

Y si ayer nos tocaba hablar del gran The White Shadow Of Norway, productor que lo está petando al máximo en los States con sus ritmos puramente hardcore, hoy nos toca acercarnos a otro nuevo conocido del blog. Estamos hablando del francés Kyo Itachi, quien ya se nos presentó por todo lo alto el pasado año junto a Ruste Juxx en aquel Hardbodie Hip Hop dejándonos con ganas de más. Ésta vez la cosa viene de la mano de un dúo llamado Dirt Platoon, un par de hardcores al más puro estilo M.O.P. que están por romperlo todo con este nuevo pepino llamado War Face.

 

Desde que se anunció el disco, hace ya meses, he estado a la expectativa de harceme con él, escuchada la brutalidad esputada por los Dirt Platoon en sus anteriores entregas y a sabiendas de la calidad que emana de las mágicas manos de Kyo Itachi, la conjunción se presentaba de lo más interesante del año, gracias Lagry. Resultado, un dsico tan gordo como lo esperado, o más. Oscuro, grave, violento, siniestro, sin salir del hardcore en ningún momento, el disco se presenta dinámico y variado dentro del estilo, en gran parte, gracias a la magistralidad de Itachi, a la vez que incide en los clichés más típicos del estilo.

 

Perfecto en concepción, War Face es eso, una lucha, una guerra, y perfecto en ejecución. Como ya he dicho, se mueve por todas las vertientes del hardcore y eso hace de él un disco que resulta muy accesible y agradable al oído. Sus ritmos, y sus rapeos, pasan por todos los tempos como si nada, echándose a la espalda una cuenta final de 13 temas sin ni un skit incluido, o más bien incluídos en los temas que mola más. Un segundo cd acompaña a la edición con un remix extra de cada tema realizados por otros productores, nada a la altura de Itachi claro.